Todos los detalles del diputado de «La libertad avanza», cómo llegó a la política, su trayectoria y cuáles son sus objetivos.
Por Oliverio Gatto
Frontal, histriónico y polémico. En los últimos años Javier Milei se ha vuelto una de las figuras más reconocidas en los medios y la política de Argentina. Desde su llegada a la Honorable Cámara de Diputados -adjetivo que Milei crítica atribuirle a esta institución al haber sido, en el momento de su fundación, los cargos en la misma ad honorem- no hay canal de noticias que no lo mencione, red social que no lo consuma, ni encuesta que evite mostrar su imagen positiva en ascenso o lo ponga como serio candidato a ser el próximo Presidente de la Nación.
El exponencial crecimiento en la notoriedad de Javier ha llevado a que mucho se hable y poco se sepa de él. La relevancia en la agenda de debate de la sociedad de sus potentes acusaciones y férreas defensas a sus ideales y convicciones, viraron el eje de discusión a las posiciones que el economista libertario postula sin conocer previamente a quién las emite.
Antes de la fama
Javier Gerardo Milei nació el 22 de octubre de 1970 en el barrio porteño de Palermo, aunque su infancia osciló entre Villa Devoto y Sáenz Peña. Su hogar se dividía en dos partes bien claras: sus padres, con quienes tenía una relación muy tensionada, y su hermana, Karina, definida por él como la persona más importante de su vida
Según Javier, sus «progenitores» le hicieron imposible la existencia en la época que cursaba en la universidad. Si bien no especifica mucho sobre qué fue lo sucedido, lo cierto es que, durante esa parte de su vida, sus abuelos y su hermana fueron su sostén. Hasta hace pocos años, para él, sus padres estaban muertos. Su padre se empecinaba en hacerlo quedar mal para enrostrarle sus errores, mientras que su madre actuaba de cómplice. Llegó a pasar más de 7 años sin verlos hasta que, durante su campaña para diputado y con Karina como mediadora, hicieron las paces y se reconciliaron
Hizo sus estudios secundarios en el Cardenal Copello, colegio en el que fue arquero, pero luego de que sus compañeros lo excluyeran, terminó protegiendo el arco de Chacarita, llegando a jugar con la Primera División, hasta que una durísima patada rival que le fracturó el maxilar le cortó la carrera deportiva. Su look con campera de cuero y peinado alocado incluídos, se debe a que, en su adolescencia, fue el cantante de «Everest», una banda de rock tributo a los Rolling Stones.
El Economista
La violenta crisis generada durante la Dictadura por la Tablita Cambiaria de Martínez de Hoz, hizo que Javier descubriera a los 12 años su pasión por la economía. En el abultado CV de Javier Milei se destacan su licenciatura en la Universidad de Belgrano, 2 posgrados, haber sido economista jefe de la AFJP, coordinador del Estudio Broda, ser miembro del B20 -un grupo de representantes empresariales vinculado directamente al G20-, ser docente por 30 años y haber publicado múltiples artículos académicos y una decena de libros.
Pensamientos
Nunca hizo esfuerzos para ocultar su desprecio por las ideas de izquierda: detesta al Socialismo, a Keynes y a su obra a la que Milei cariñosamente llama «La Basura General», texto que afirma haber estudiado 5 veces y al que caracteriza como un panfleto político en el que se le canta una oda a Hitler.
Entre los referentes de Javier se encuentran los economistas austríacos Ludwig von Mises y Friedrick Hayek, los estadounidense Murray Rothbard y Milton Friedman y los argentinos Juan Bautista Alberdi y Alberto Benegas Lynch hijo. Detesta a los políticos profesionales y la «casta» que formaron, su deseo más profundo es dinamitar -literalmente hablando, quiere demoler el edificio- el Banco Central,
Está en contra de la despenalización del aborto y a favor de la legalización de las drogas, es crítico de las vacunas de Covid y cree que el cambio climático es una farza.